Uno de los aspectos olvidados en esta industria, pero no por eso menos importantes, es la procedencia de los minerales usados para fabricar los teléfonos inteligentes. Nosotros hemos hablado sobre las prácticas en las fábricas de Foxconn –proveedora de gigantes como Apple, Sony y Microsoft–, pero poco se ha hablado sobre la procedencia de las materias primas. La película ‘Diamantes de Sangre’ puso en evidencia la complicada situación que se vive en algunas regiones de Africa para conseguir las piedras preciosas
Sin embargo, la industria de tecnología también vive una situación similar. Las mujeres que reciben un diamante realmente no saben su procedencia. Lo mismo pasa con las empresa y consumidores de tecnología: no se sabe la procedencia de los minerales que se usaron para fabricar el teléfono.

El Fairphone -así se llama la compañía y el celular- tiene una pantalla de 4,3 pulgadas y un procesador de cuatro núcleos, aunque no se especificó cual el tipo o que compañía lo fabricaría. Como complemento, el teléfono inteligente tiene una cámara principal de 8 megapíxeles y una frontal de 1,3 MP, así como la posibilidad de usar dos SIM, para los viajeros y los que tienen más de una línea celular.
El teléfono no promete ser lo último en innovación tecnológica, pero sí quiere cambiar el modelo tradicional de los fabricantes de celulares. La organización personalmente verifica la procedencia de los minerales de cada componente, la gente involucrada con el proceso y que todo este en regla con los estándares ecológicos y sociales. “Esta es nuestra visión: por crear un smartphone alternativo y siendo abiertos sobre la forma de fabricación de electrónicos (y de donde vienen la materia prima interna) podemos entender toda la cadena de producción, tomar medidas y movernos hacía un cambio sistémico”, dice la compañía en su página.
Actualmente el teléfono se puede conseguir por 436 dólares y se han vendido 2.383 Fairphone, o sea el 47% de los 5.000 necesarios.
Lastimosamente, el éxito no ha sido el esperado. Al comienzo, las preordenes solo estaban habilitadas las 16.000 personas que se inscribieron. Sin embargo, según TechCrunch, la demanda fue tan poca, que les tocó abrir la ‘convocatoria’ para el resto de Europa.
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